sábado, 8 de septiembre de 2012

I'm Not There (2007)




Viendo esa gran fuente de inspiración en la que se ha convertido la cartelera del cine Doré me he encontrado con I’m Not There, una película del año 2007 sobre el genio de Duluth, Bob Dylan. La ocasión la pintaban calva para acudir al cine – llevo casi un año sin ir, siendo mi última escapada también al Doré para ver, si no recuerdo mal, The Reader – pero entre unas cosas y otras me quedé en casa. No obstante, el interés en la cinta era verdadero y, prácticamente el mismo día de su proyección, cuando ya era evidente que no iba a desplazarme hasta allí, comencé a verla (es relativamente sencillo encontrar una copia en la red).

  

No sé muy bien en que genero encuadrarla. Supongo que lo más sencillo es decir que es una película biográfica sobre el cantautor norteamericano lo que, no siendo mentira, no termina de quedarse corto a la hora de describirla. Y es que Todd Haynes utiliza seis historias independientes para desarrollar diversos aspectos de la vida de Dylan. Algunos ya los conocía, otros los he descubierto justo después por casualidad y seguramente habrán pasado desapercibidos otros tantos. Gustándome la música de Dylan, no soy en absoluto un experto en su obra.

Como decía, la película es una película “coral” que cuenta con hasta seis protagonistas. Woody Guthrie es un niño negro que cruza el país viajando en trenes como polizón, acompañado siempre de una guitarra con la inscripción This machine kills fascists característica de su ídolo del mismo nombre al que, finalmente, consigue visitar antes de su muerte en un hospital de Nueva Jersey, habiendo iniciado su camino en la Minnesota natal de Dylan. La admiración por Guthrie que sentía Dylan (y tantos otros), como padrino del movimiento folk que eclosionó en los años sesenta del pasado siglo, queda patente en esta historia. 

En otro momento, el actor Ben Whishaw, es interrogado sobre el papel que juega el artista frente a la sociedad. Confieso que esta ha sido la parte de la película que menos he entendido, pero supongo que en algún momento de su vida Dylan habrá tenido algún conflicto relacionado con este punto. El personaje interpretado por Whishaw, al ser preguntado por su nombre, responde diciendo que se llama Artur Rimbaud, como el poeta.

Por su parte, Christian Bale es un cantante folk de éxito, llamado Jake Rollins, que no consigue aceptar su nueva posición en la sociedad. Su historia es contada a través de un documental en el que participa la actriz Julianne Moore, en una suerte de Joan Baez. Me hizo especial ilusión ver, dentro de este “documental”, como hacían entrevistas a jóvenes en el Greenwich Village de Nueva York – barrio que fue el epicentro del movimiento folk – y ver, al fondo, el mítico Gaslight Café, lugar en el que han actuado varios de los grandes de la música de todos los tiempos (desde Bill Cosby a José Feliciano, pasando por el propio Bob Dylan o Jimmi Hendrix…todo esto según informa Wikipedia, creo haber leído en algún otro sitio una lista más extensa y, si cabe, con aún más lustre) y que sirvió de inspiración al nombre de mi banda favorita: The Gaslight Anthem, de la que ya he escrito en alguna ocasión en estas páginas.


El punto fuerte, en mi opinión, llega con las historia de Heath Ledger y Cate Blanchett. Ledger es un actor que está grabando una película sobre la vida de Jake Rollins, el cantante folk interpretado al mismo tiempo por Christian Bale, que conoce a una artista francesa – papel que es interpretado por Charlotte Gainsbourg – cenando durante el rodaje de la película. El romance es instantáneo, evocándose en algunas escenas la portada del disco de 1963 The Freewheelin’ Bob Dylan (el único disco original que, de momento, tengo de Dylan). El matrimonio se rompe años después y comienza una turbia pelea por la custodia de las dos niñas que tuvieron (reflejo de los problemas que experimentó el propio Dylan durante el divorcio de su primera mujer). Blanchett encarna a Judy Quinn otro cantante folk que se atreve a utilizar una guitarra eléctrica para disgusto – siendo suaves - de sus seguidores durante el festival de música de Nueva Inglaterra (tal y como le sucedió a Dylan en 1965 durante el festival de Newport Beach). Posteriormente Quinn viaja a Londres donde tiene que soportar la evolución constante del público – llegando a ser tachado de Judas durante una actuación, a semejanza de lo que, de nuevo, le ocurrió a Dylan en Manchester – viendo finalmente como el reportero cultural de la BCC, Keenan Jones, realiza un reportaje nada amable de su figura, descubriendo al mundo sus orígenes de clase media.

Hay un fragmento en esta historia bastante psicodélico en el que Quinn aparece saltando y corriendo por un parque con The Beatles (bajo un humo sospechoso), con el poeta Allen Ginsberg mientras ambos van en diferentes coches por la ciudad y, finalmente, en una fiesta junto a Brian Jones (de los Rolling Stones) y algún otro personaje que se asemeja a Andy Warhol.

La película se cierra con Richard Gere interpretando a un viejo Billy el Niño (Bob Dylan actuó y se encargó de la banda sonora de la película del mismo nombre dirigida por Sam Peckinpah en 1973) que lucha, sin demasiado éxito contra la construcción de una autopista que amenaza con acabar con el condado de Riddle y con las personas que allí habitan. Finalmente, y con esto se cierra la película, Gere sube a un tren donde encuentra la guitarra que tocaba el pequeño Guthrie al comienzo del filme.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...