domingo, 18 de septiembre de 2011

Últimos descubrimientos musicales

Hace tiempo que no pongo ninguna canción por aquí. No he dejado de escuchar música y descubrir nuevos grupos, pero me parecía que esas entradas con únicamente el vídeo de youtube quedaban un poco sosas y decidí no seguir haciéndolo.

Hoy cambio de opinión y voy a llenar esto de los últimos vídeos que he descubierto y que corresponden a lo que he estado escuchando últimamente.

Ian Perkins y Brian Fallon, integrantes de The Horrible Crowes.

Comenzamos con una ausencia, la de The Horrible Crowes, el proyecto paralelo de Brian Fallon, líder de The Gaslight Anthem. Es, sin ninguna duda, lo que más he oído en los últimos días. Su primer disco, Elsie, salió a la luz el pasado día 6 de septiembre y desde entonces lo he oído cuanto he podido por el Spotify y, desde entonces y hasta que me llegué (lo compré por Amazon ese mismo día), sobrevivo a base de vídeos de youtube. Digo que lo dejo aparte porque supongo que me dará para escribir una entrada sólo para él cuando lo tenga aquí. Además, existe la posibilidad de que pueda disfrutar de alguna de esas canciones en directo el próximo mes.

Siguiendo la estela punk de The Gaslight Anthem me he sumergido en dos grupos del estilo. El primero, The Bouncing Souls, tiene sus orígenes en la misma ciudad de la que provienen Fallon y sus chicos: New Brunswick, NJ. Aquí abajo dejo su canción Kids and Heroes.


El segundo son los veteranos Social Distortion, de los que he oído grandes covers de clásicos del rock y el folk como Under my Thumb (de los Rolling Stones), Rings of Fire (Johnny Cash) o Don’t Think Twice It’s Allright (Bob Dylan). Aquí va su Story of my life.


La semana que viene pretendo ver en el cine PJ20, la película-documental que ha hecho Cameron Crowe sobre Pearl Jam, conmemorando su vigésimo aniversario sobre los escenarios. Soy un completo inculto al respecto, ya que durante años sólo he conocido su versión del Can’t Help Falling in Love de Elvis, aunque en los últimos meses he profundizado un poco más gracias al State of Love and Trust (descubierto gracias a una versión acústica de The Gaslight Anthem) y a este Betterman:


Ahora bien, esta semana no he parado de escuchar Blessed, el último disco de Lucinda Williams. Buttercup o Copenhagen son imprescindibles.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Page One: un año en el New York Times



Ayer me tropecé con un documental que echaban por Canal + y que resultó bastante interesante: Page One: Inside the New York Times. Se trata de un trabajo muy reciente, presentado este año en el Festival de Sundance y estrenado en los cines norteamericanos este verano.

Me puse a verlo sin demasiada motivación, ya que temía que contuviese el tradicional discurso, bastante repetido en los últimos tiempos, acerca de la importancia de la prensa en una sociedad libre y democrática como la nuestra. Aunque no pueda decirse que me equivocase, porque ese mensaje subyace durante los noventa minutos de duración, lo cierto es que es un documental recomendable.

Se grabó a lo largo de un año, durante el cual el director del mismo, Andrew Rossi, accedió prácticamente sin restricciones a la redacción del diario neoyorquino pudiendo el espectador sentirse casi uno más en la plantilla (podíamos observar llamadas telefónicas de los periodistas, reuniones con el editor de la sección, reunión de los editores con el director del periódico para decidir qué noticias aparecerían en portada día siguiente, etc.), algo parecido a lo que uno siente – al menos así fue en mi caso – cuando ve la última temporada de The Wire, en este caso en la redacción del Baltimore Sun. Todo esto salpicado con entrevistas a personajes que indudablemente tienen algo que decir, como David Renmick (director del New Yorker, del que ya hablé aquí), Jimmy Wales (fundador de Wikipedia), el escritor Gay Talese o Carl Bernstein (Watergate).

 David Carr, periodista del Times y uno de los protagonistas de Page One.

Durante este año, el periódico no fue inmune a la crisis que vive el sector y hay espacio en el documental para entrevistas con varios de los cien periodistas que tuvieron que ser despedidos para asegurar la supervivencia del diario. Este es sin duda el tema principal del documental, relacionada con diversas cuestiones, algunas contemporáneas a su grabación: la primera aparición de información clasificada a través de Wikileaks (y la posterior elección del Times como uno de los periódicos a los que Wikileaks les proporcionó los cables diplomáticos de EE.UU. hace prácticamente un año), la relación con los blogs, la conveniencia o no de cobrar por el acceso a páginas web, la aparición del iPad o la declaración de quiebra de la compañía propietaria, entre otros, del Chicago Tribune y el Los Angeles Times.

domingo, 4 de septiembre de 2011

The Wrestler



Ayer vi en el Cine Doré The Wrestler, la película de 2008 dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Mickey Rourke, Marisa Tomei y Evan Rachel Wood que, entre otros, ganó el León de Oro del Festival de Venecia.

A pesar de que el nombre no dejaba lugar a dudas, entré al cine convencido de que iba a ver una película de boxeo. Lo cierto es que el protagonista no es boxeador sino, evidentemente, luchador profesional (de aquella mítica lucha libre que tanta fama tuvo en los años noventa, con Hulk Hogan y compañía).

Randy “The Ram” Robinson (Mickey Rourke) es un viejo luchador al que su tiempo de gloria – los años ochenta – le queda ya muy lejos. Sobrevive luchando en circuitos independientes, en pueblos pequeños de Nueva Jersey, con pocos asistentes y, por tanto, pocos ingresos y con un trabajo a tiempo parcial de reponedor en el supermercado del pueblo. Vive en una casa pórtatil aunque las deudas le acechan y más de una vez ha tenido que pasar la noche en su furgoneta. Su casero no le fía y el supervisor del supermercado se mofa de sus combates de fin de semana, parece que sólo los niños del barrio sienten aún admiración por el héroe que, en su momento, fue.

Randy está viejo para combatir pero no sabe hacer otra cosa. La espalda, las rodillas, los codos; no hay calmante que le alivie el dolor y, además, hace uso de esteroides para mantener el cuerpo. Tras un duro combate recibe la señal – un infarto – que le obliga a replantearse su vida. Tras el bypass debe dejar la lucha libre. Consigue un empleo a tiempo completo en el supermercado en el que ya trabajaba e intenta retomar el contacto con su hija a la que hace años que no ve. Los últimos veinte o treinta minutos son para mí apoteósicos. Él intenta “socializarse”, pero el rechazo de Cassidy, una stripper con la que tiene amistad, tras sus acercamientos desata una tormenta que le hace retomar aquello que le hizo feliz.

Gran papel de Mickey Rourke, que comparte características con Randy ya que, por una parte, fue boxeador en los años noventa (gracias a ello y a un cirujano torpe debemos su rostro) y, por otra, The Wrestler era su segunda película en los círculos comerciales en casi veinte años tras retirarse por primera vez, protagonizando una “vuelta” como la de Randy tras veinte años de su último gran combate. Lo dicho, película que hace pensar, con momentos graciosos (Randy de charcutero no tiene desperdicio) y buena, muy buena música. Sólo el discurso final (que incluyo a continuación) merece ver la película:

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