No sé cómo comenzó esto. Bueno sí. Me compré el DVD Live in Hyde Park de Bruce Springsteen hará un año por estas fechas. Un directo de tres horas en pleno Hyde Park. Grabado en el año 2009. Es el turno de No Surrender. Y Bruce llama a un tal Brian Fallon a escena. Aparece un chico joven, con camisa de leñador remangada que deja a la vista sus múltiples tatuajes. Y la interpretación del tema es soberbia. The boss is outbossed.
Y esto empezó así, no sé si por Brian Fallon o por la envidia que me dio ver a tanta gente en un festival en el centro de Londres. Brian es el líder de la banda de punk-rock The Gaslight Anthem, que ya lleva unos añitos en escena y cuenta con varios trabajos publicados. Muchos les consideran, por la temática de sus letras, los claros sucesores de Springsteen. Además, provienen del mismo estado y son amigos.
Es al final del 2010 cuando me adentro más en The Gaslight y escucho prácticamente toda su discografía. Aquí es cuando me pongo como objetivo ir a verles tocar en el nuevo año que va a empezar. En esos momentos ellos están de gira por Australia y Japón, luego en primavera tocarán en Estados Unidos y para el verano vendrán a Europa tocando en la mayor parte de festivales existentes.
Pongo el punto de mira en Rock Werchter, un festival belga que, bien aprovechado, me permite visitar Holanda, un país que me encanta. Pero el día que tocan The Gaslight Anthem también lo hace Coldplay y las entradas se agotaron ya en febrero. La siguiente opción es Pinkpop, en Holanda, donde tocan el mismo día que los Kings of Leon. Por diversas cuestiones tampoco es factible esta opción. Soy bastante exigente en cuanto a fechas porque no quiero gastar días de vacaciones en esto.
Pasan los días y, de pronto, me entero de que telonearán a Foo Fighters en Madrid, así que no pierdo el tiempo (las entradas volaron) y compro mi ticket to the promised land. La cosa está ya solucionada. Y entonces aparece él. Robert Zimmerman. Y es que me entero también que en Junio hay un festival de música irlandesa en la que tocan The Gaslight Anthem y, entre otros, Bob Dylan. Qué mejor oportunidad de ver a estos dos personajes en directo, sobre todo por la parte de Dylan, puesto que el maestro de Duluth tiene ya setenta años y no creo que tenga muchas más oportunidades de verle en directo. La decisión está tomada: Junio 2011, London Feis Festival.
El festival durá dos días pero sólo tenía entradas para el sábado. El domingo, entre otros, tocaban Van Morrison (al que me hubiera gustado ver) y Thin Lizzy. Se celebra en un parque del norte de la ciudad, Finsbury Park, cercano al estadio de fútbol del Arsenal. Para ir hacía allá monto en un autobús de dos plantas, cómo no, en la zona de Whitechapel y que me llevará hasta la puerta del parque en aproximadamente tres cuartos de hora. El trayecto me confirma que Londres sigue siendo una desconocida para mí y que, por más feo y soso que me parezca el centro (salvo la zona de Whitehall, se puede decir que odio el resto: Picadilly, Trafalgar, Regent Street, Oxford Circus, etc.), las afueras son siempre una sorpresa: calles residenciales, mercados de frutas, tiendas con productos de diversas partes del mundo, parques, etc.
Llegó al festival a la hora de comer y, hacer alguna parada técnica por ese barrio (lleno de bares y tiendas), entramos al parque, embarrado tras la lluvia continuada de toda la semana. En seguida vemos que el escenario principal (hay otros dos), va a ser nuestro centro de operaciones. En ese momento están tocando The Undertones pero luego, sin solución de continuidad, será el turno de The Waterboys, The Gaslight Anthem, The Cranberries, Christy Moore y Bob Dylan.
El tiempo pasa rápido, aún no estoy muy cansado, y The Gaslight Anthem empieza a tocar. Salvo clásicos como Here’s Looking at you kid, 59’ Sound o Old White Lincoln lo estoy pasando mal porque no me sé las letras de las canciones del último disco, que es el que más están tocando. El sonido creo que no es lo más nítido del mundo pero lo estoy disfrutando bastante. Me acerco un poco más al escenario para verles mejor la cara y llego hasta unos treinta metros de ellos, justo delante de mí hay unas quinceañeras francesas sentadas en el césped estudiando, supongo que tendrán exámenes finales. No me defraudan The Gaslight y tengo aún más ganas de verles la próxima vez. Además estos chicos son camaleónicos, acaban de tocar en el Download Festival (entre grupos heavies) y ahora vienen aquí, a un festival de música irlandesa. Un diez.
Me dirigo a la cola de los baños puesto que pensé que The Cranberries era un grupo venido a menos (todo ello porque la cantante se tiñó el pelo de negro y se lo cortó, y yo en los carteles pensé que era un hombre y que ella había abandonado el grupo). Craso error. La función comienza con Zoombie y con Animal Instint. Creo que es la mejor voz de todo el día. Tras darnos una vuelta por otros escenarios (estaba Shane Mcgowan en ese momento) volvemos al principal y disfrutamos los últimos coletazos de The Cranberries, su Just my Imagination y su Dreams.
Tras otro paseo para relajar las piernas – y ver a los chicos de Afro Celt Music System – que también me sirve para perderme toda la actuación de Christy Moore (no se puede tener todo), cogemos, no sin dificultad, la posición para disfrutar de Dylan. Tengo algo de miedo porque he leído/oído que suele ser bastante arisco con la gente y me vienen pesadillas: quizá toque una canción y se vaya, o toque cosas poco conocidas (no soy muy fan así que sólo conozco los grandes éxitos).
Es verdad que es algo seco y no habla con el público – algo que, por otro lado, no me importa lo más mínimo – pero el ambiente está animado y la gente está disfrutando de la actuación. Es curioso pero cambia totalmente el ritmo de las canciones (quizá lo haga para poder cantar algunas, ya que la edad no perdona). Esto es algo que descubro cuando estoy oyendo la letra de Tangled Up in Blue con otro ritmo totalmente distinto. Posteriormente toca también Ballad of a Thin Man, Highway 61 y A Hard Rain is Gonna Fall. En el turno de los bises llega el apoteosis. Creo que toco el cielo con Like a Rolling Stone al que luego siguen All Along The Watchtower y, para cerrar, Blowing in the Wind.
En definitiva, una experiencia única: por haber visto por primera vez a The Gasligth Anthem, por haber estado en un festival de música y por haber disfrutado de Bob Dylan.
El festival en sí a mi me gustó bastante. Había gente de todas las edades, no sólo jóvenes, sino también padres con sus niños y gente mayor y el ambiente, quizá por eso, me gustó. Si es cierto que el alcohol hace mella y a última hora se podía ver a alguno que otro bastante perjudicado pero creo que, en general, la situación estaba bajo control. Además, fue en fin de semana, con lo que no hay que perder días de vacaciones y está en Londres por lo que, si no eres muy de acampar (como es mi caso) el alojamiento no es problema ya que a la finalización de cada día aún hay transporte público.
¿Repitiré? Pues no lo sé. Supongo que para siguientes ocasiones uno es más exigentes y, por tanto, quizá dependa de quiénes toquen en próximas ediciones, pero es una opción nada descartable. Otras posibilidades son acudir a festivales europeos con más caché como Werchter, Pinkpop o Roskilde. De hecho, incluso me estoy planteando Glastonbury para el 2013 (no hay edición el próximo año) tras ver el cartel de esta edición, que se está celebrando este fin de semana, y que cuenta con Morrisey, Radiohead, U2 o Coldplay. Pero bueno, no hay que hacer planes tan a largo plazo. El London Feis ha sido una experiencia única como dije antes que se ha disfrutado mucho.